jueves, 25 de noviembre de 2010

Compañeras de piso


Varios meses atrás Hana había llegado a aquel lugar con la elegancia que caracteriza a los felinos, ese andar parsimonioso y demorado del que no teme al paso del tiempo. Recorrió paseos y callejones buscando un lugar tranquilo donde detenerse. Ella no acostumbraba a tener un plan trazado ni destino fijo, a medida que caminaba sus sentidos le indicaban donde dejar huella.

Así llegó frente a aquella casita azul, en un atarceder manchado de naranja con brisa del norte que le mecía la cola y le erizaba los pelos. Desde fuera, aquella casa olía a café con vainilla y se veían luces de color ámbar por todas partes que dibujaban una silueta de mujer sentada justo en la puerta. 

Hana y Eva se quedaron mirando intensamente por un segundo, dos, tres... quién sabe cuántos. Los ojos color café de Hana invadían la privacidad y el espacio celosamente guardado por los párpados femeninos, tratando de adivinar que escondía aquella figura tan interesante para sus radares gatunos. Eva tampoco quería apartar la mirada de aquella aparición que más que un ser vivo parecía una estatua majestuosa, y en su arte fantasioso Eva imaginó que aquel animal era la encarnación misma de la diosa Bastet, al estilo del Antiguo Egipto por los años 2900 a.c. Ambas se reconocieron como seres solitarios con características comunes. Eva se movía felinamente. En sus artes amatorias era ágil y cadenciosa, le gustaba retar a su pareja usando uñas y dientes en la batalla. A veces resultaba mimosa, otras un tanto distante y retraída. Por otra parte, la curiosidad de Hana iba más allá del instinto animal por algo llamativo, era la necesidad de conocer lo desconocido lo que le hacía tocer rumbos y andar caminos.  

Por eso se aceptaron mutamente hace meses, no como mascota y dueña, sino como compañeras de piso y cómplices de secretos. Hana no lleva collar, ella es tan libre e independiente como Eva. Y en el calor de un hogar compartido las dos se sientan a leer y a ronronear, con el olor a café con vainilla y rodeadas de luces color ámbar.

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